Reforma de las Leyes de Dependencia y Discapacidad: un avance clave para el sector sociosanitario

Reforma de las Leyes de Dependencia y Discapacidad: un avance clave para el sector sociosanitario

El Gobierno de España ha dado un paso decisivo hacia un modelo de atención más justo, inclusivo y centrado en la persona al aprobar el anteproyecto de reforma de las leyes de dependencia y discapacidad. Este cambio legislativo, ampliamente esperado por profesionales del ámbito sociosanitario, impactará directamente en la calidad de vida de las personas mayores, dependientes y con discapacidad, así como en el funcionamiento de residencias y centros de atención.

Un nuevo modelo de atención centrado en la persona

El anteproyecto propone una profunda transformación del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), eliminando barreras que hasta ahora limitaban la efectividad del sistema. Se elimina, por ejemplo, el régimen de incompatibilidades entre servicios y prestaciones económicas, permitiendo que las personas puedan recibir varias ayudas a la vez. Además, se suprime el plazo suspensivo de dos años para acceder a las ayudas destinadas al cuidado en el entorno familiar.

La atención se reorganiza en torno a las necesidades reales de las personas. La teleasistencia se convierte en un derecho garantizado, se amplía la oferta de servicios —como la asistencia personal, los cuidados en viviendas colaborativas y el préstamo de productos de apoyo—, y se reconoce legalmente el derecho a vivir en el entorno elegido, reforzando la desinstitucionalización.

Repercusión directa en residencias y centros sociosanitarios

Estas reformas implican una adaptación significativa para las residencias y centros sociosanitarios. El modelo asistencial pasa de ser generalista a centrarse en la autonomía personal, la participación activa del residente y la atención libre de sujeciones físicas o farmacológicas. En este sentido, los centros deberán implementar estrategias personalizadas que refuercen la libertad de elección, el cuidado respetuoso y la atención integral.

Además, se introduce una medida crucial para la protección de los residentes: las personas condenadas por delitos sexuales no podrán trabajar en centros o residencias donde vivan personas en situación de vulnerabilidad. Este refuerzo normativo busca garantizar entornos seguros y libres de cualquier tipo de abuso o violencia.

Mayor integración y coordinación sociosanitaria

La nueva normativa también obliga a las comunidades autónomas a establecer mecanismos de coordinación efectiva entre servicios sanitarios y sociales, lo que supone un gran avance hacia un sistema más eficiente y cohesionado. Esta integración es clave para garantizar una atención continua, especialmente en el caso de personas mayores que viven en residencias, donde los requerimientos médicos y sociales deben atenderse de manera simultánea.

Derechos ampliados para las personas con discapacidad

En paralelo, la reforma de la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad introduce una serie de mejoras notables. Entre ellas, se establece el derecho a la accesibilidad universal como exigible legalmente. También se prevé la creación de un Fondo Estatal para promover esta accesibilidad y se modifican normativas como la Ley de Propiedad Horizontal, facilitando que personas con discapacidad puedan solicitar y obtener adaptaciones en sus edificios de residencia.

Otro cambio significativo es el reconocimiento automático del 33% de discapacidad a las personas con dependencia reconocida, lo que reducirá la carga burocrática y agilizará el acceso a derechos y beneficios.

Compromiso con la innovación y la equidad

La ley también contempla la supervisión del uso de tecnologías como la inteligencia artificial para garantizar que no generen discriminaciones, además de fomentar su uso positivo para mejorar la vida de las personas con discapacidad.

En definitiva, esta reforma representa un cambio estructural en la manera en que España entiende y organiza el cuidado y la atención social. Las residencias, como piezas fundamentales del entramado sociosanitario, deberán liderar este cambio desde la empatía, la profesionalidad y la innovación.